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Cuarto
Misterio: La presentación de Jesús en el Templo.
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Lectura
del Evangelio.
Seis
días después, Jesús se llevó con él a Pedro, a
Santiago y a Juan su hermano, y los condujo a un monte
alto, a ellos solos. Y se transfiguró ante ellos, de
modo que su rostro se puso resplandeciente como el
sol, y sus vestidos blancos como la luz. En esto, se
les aparecieron Moisés y Elías hablando con él.
Pedro, tomando la palabra, le dijo a Jesús:
-Señor, qué bien estamos aquí; si quieres haré aquí
tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra
para Elías. Todavía estaba hablando, cuando una nube
de luz los cubrió y una voz desde la nube dijo:
-Este es mi Hijo, el Amado, en quien me he complacido:
escuchadle.
Los discípulos al oírlo cayeron de bruces llenos de
temor. Entonces se acercó Jesús y los tocó y les
dijo:
-Levantaos y no tengáis miedo.
Al alzar sus ojos no vieron a nadie. Sólo a Jesús.
Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó:
-No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del
Hombre haya resucitado de entre los muertos. Mt 17,
1-9
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¯¯¯ Meditación: |
"…Misterio
de luz por excelencia es la Transfiguración, que según
la tradición tuvo lugar en el Monte Tabor. La gloria
de la Divinidad resplandece en el rostro de Cristo,
mientras el Padre lo acredita ante los apóstoles
extasiados para que lo « escuchen » (cf. Lc 9, 35
par.) y se dispongan a vivir con Él el momento
doloroso de la Pasión, a fin de llegar con Él a la
alegría de la Resurrección y a una vida
transfigurada por el Espíritu Santo..."
(Juan Pablo II, Rosarium Mariae Virginis, 21)
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1
Padre Nuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria.
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