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"...Los
Misterios de luz complementan los
tradicionales momentos de la infancia, de la pasión y de la gloria
de Cristo, con otros igualmente importantes de su «vida pública»
(Carta Apostólica «Rosarium Virginis Mariae», 19).
Es el tiempo en el que Jesús, con la potencia de la palabra y de las
obras, revela plenamente el «rostro» del Padre celestial,
inaugurando su Reino de amor, de justicia y de paz. El Bautismo
en el Jordán, las bodas de Caná, el anuncio del Reino,
la Transfiguración en el monte Tabor, y la Institución
de la Eucaristía, son momentos de revelación, es decir,
misterios «luminosos», que dejan brillar el esplendor de la
naturaleza divina de Dios en Jesucristo..." (Juan Pablo II «Angelus»
Domingo 21 septiembre de 2003).
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